Palabras del Señor Obispo

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"El Sábado Santo ya está discernido, está consultado y pensado" FUENTE: DIARIO DE JEREZ (QUICO ABUÍN) Ha pasado una Semana Santa intensa para usted, que además ha vivido en primera línea momentos cofrades extraordinarios ¿Tiene formada ya una opinión sobre las hermandades jerezanas? -Mi evaluación del mundo cofrade local es muy positiva y no lo digo con la boca chica, lo digo de corazón. Las hermandades dan consistencia a muchos valores que no se ven. La cofradía supone un apoyo fundamental para algo que hoy está en crisis, la familia. Son una ayuda importante por su relación con este concepto. Las hermandades son como la Iglesia, porque son Iglesia en sí mismas y en muchos aspectos tales como la conservación del patrimonio, la caridad, la educación en valores. En la corriente de secularización actual, las raíces de las cofradías son de enorme importancia contra la idea de convertir al hombre en un mero material de consumo, manipulable fácilmente por los deseos que se incitan. Frente a esto, están las hermandades sustentadas por profundas raíces. Cuando vas a zonas donde falta la religiosidad popular, te hacen ver cómo echan de menos este movimiento que tanto aporta con su sólido entramado. -Desde hace algunos años estamos viviendo un inicio de otoño marcado por la coincidencia de efemérides cofrades, que se celebran con salidas extraordinarias ¿Es bueno que estas celebraciones culminen con una procesión? -Cuando hay algo que celebrar, se celebra. Pero sólo cuando hay motivos consistentes para celebrar. Las hermandades tienen su razón de ser, y en el fondo estamos celebrando nuestras raíces. No puedo negarme a que se celebren 400 años de una imagen que nos echa la mirada atrás para traer al presente a hombres y mujeres que han vivido y viven algo que nos trasciende. No me puedo negar. Pero las hermandades tienen que tener en cuenta su razón de ser. El culto público tiene su momento. No estoy en contra de las procesiones extraordinarias, pero sí de que se relativicen. -La reclamación de que el Sábado Santo vuelva a ser un día de procesiones ha tomado fuerza en estos días ¿Es inamovible la posición que ya expuso de que las procesiones sólo hasta las tres de la tarde? ¿Qué le parece que los hermanos mayores casi por unanimidad le harán llegar un documento con argumentos que pretende hacer cambiar lo dispuesto? -La decisión es inamovible. Y lo es por lo siguiente. El Vaticano II empieza a redescubrir la Pascua. No quiere decir que nuestra Iglesia no la haya vivido. Había dos tendencias pascuales. Una dimensión más sacrificial de Cristo, que es más cercana a nuestra forma, y otra más lejana a nosotros que celebra más la dimensión de los padres de la Iglesia. El Vaticano II remarca aún más la importancia y el centro de la Vigilia Pascual. Se empieza a vivir y a celebrarla. Los obispos intentan reintroducir esto poco a poco, en una maniobra de ir reduciendo las procesiones y dar pasos a favor del concepto que estamos impulsando para ese día de la Semana Santa. Ahora no podemos dar paso atrás. No me niego a que haya procesiones y no es un capricho de este obispo. La Pascua se celebra en la Catedral, que hay que prepararla. Por ejemplo en Sevilla la Catedral es tan grande que permite el paso de las procesiones con la celebración. Además hay opiniones que dicen que menos mal que quitaron el Sábado Santo en Jerez porque venía muy poca gente a ver el Santo Entierro. Es un día laborable, después de dos días festivos, y en el viernes por la noche esta procesión tiene su razón de ser. Por tanto hay razones teológicas, litúrgicas y físicas para dejar las cosas como están. -¿Y si la Catedral fuera más grande? -Prevalecen las razones teológicas y litúrgicas. Lo importante es la Pascua. La diócesis es muy grande y si doy permiso aquí en Jerez puede resultar que en otros pueblos y ciudades quieren salir ¿Qué hacemos? ¿Se quita la Pascua porque en esas iglesias tienen que entrar las cofradías? -Pero en el caso de Cádiz parece que no hubo demasiados inconvenientes. -Si a don Antonio Ceballos no le interfiere que salgan procesiones para celebrar la Pascua, no voy a meterme en juzgarlo porque no conozco su diócesis. Tenemos que ver las circunstancias nuestras. Las decisiones que tomemos para Jerez son también para toda la diócesis y lo que aquí no llega a afectar, en otros lugares sí. Las decisiones deben buscar el bien común. Cada obispo en su diócesis toma las decisiones que considere más oportunas en función de las circunstancias diocesanas, sin que lo que hagan otras iglesias locales le condicione. No podemos supeditar la Pascua y toda la liturgia central de la Iglesia a un grupito, que puede ser una hermandad. La junta de gobierno tiene que escuchar a sus hermanos y al final actuar con la mayor conveniencia para todos y decidir si traslada el asunto. -¿Le molesta la postura de los hermanos mayores? -Como obispo escucho a todos los que plantean cuestiones, estoy al servicio de la diócesis. Si hay un escrito que pide poner el Sábado Santo, pues bien. Yo ahora digo que este tema, como me lo han planteado muchas veces, está discernido, está planteado, está consultado y está pensado. -Su predecesor dejó cerrada una normativa cofrade que renovaba la existente ¿Considera que hay que seguir revisándola? -La Iglesia tiene un ritmo más sereno. Son asuntos que se irán viendo con el tiempo porque la normativa está viva y sujeta a cambios que mande cada momento. No hay prisas, como siempre digo, en la Iglesia jugamos con la ventaja de que tenemos la eternidad por delante.